Tener una cinta de correr es algo cada vez más habitual en los hogares. Y utilizarla se está convirtiendo en una rutina con el objetivo de mantener el peso a raya, ejercitarnos y ganar en salud. Pero, ¿sabías que hay un mantenimiento de la cinta de correr? Pues sí, para que esta te dure mucho más y además te dé el 100% de ella en los entrenamientos, requiere de algunos cuidados que debes proporcionarle. Por eso, aquí te vamos a hablar del mantenimiento de la cinta de correr, ya sea esta magnética o eléctrica, así como de las averías más habituales que te puedes encontrar.
¿Por qué es tan importante mantener la cinta de correr?
Como cualquier otro aparato que usamos, con el paso del tiempo este se acaba deteriorando. Sin embargo, puedes aumentar el tiempo de vida con un buen mantenimiento. Esto es lo mismo que le ocurre a la cinta de correr.
Existen muchas razones para mantener bien tu cinta de correr, no solo por el precio ya que, si se rompe, tendrías que comprar una nueva (y los precios no son bajos). Sino también por otros motivos como por ejemplo evitar los problemas técnicos, que te obligarían a parar y tener que llamar a un especialista que la reparara (con el consiguiente desembolso económico); prevenir el desgaste excesivo; o incluso para mantener su eficacia como el primer día aunque lleve contigo mucho más.
De esta forma, aunque haya pasado mucho tiempo desde que la compraras, con un buen cuidado de por medio puede durarte años, aun cuando la uses muy a menudo. Además, no es algo que te vaya a llevar mucho tiempo, ni mucho menos, y sacarás provecho al lograr no tener que cambiar tu máquina en x años.
¿Con qué frecuencia debo mantener mi cinta de correr?
El mantenimiento de la cinta de correr no es algo de lo que muchos profesionales te hablen. Tampoco algo que te dicen en las tiendas cuando lo compras. Pero se convierte en un tema importante ya que hablamos de una inversión que debes recuperar con el uso de la máquina y el tiempo. Por eso, hemos dividido el mantenimiento en tres fases: diario, semanal y mensual. En cada momento, es importante que tengas presente lo que debes hacer para alargar la vida de tu máquina.
Mantenimiento diario
El mantenimiento diario es aquel que debes llevar a cabo todos los días, al menos, todos los días que utilices la cinta de andar. De hecho, te recomendamos que lo hagas antes y después de usarla.
¿Qué tienes que hacer? Lo siguiente:
- Limpiar la cinta. Tanto antes de ponerte a trabajar con ella (sobre todo si no la usas a diario) como después. Debes retirarle el polvo, el sudor, las manchas…
- Comprobar el motor. Sobre todo al finalizar el trabajo con ella. Verifica que este no esté demasiado caliente y, si es así, entonces debes plantearte una ventilación extra para que no se acabe quemando en poco tiempo.
- Apagar la máquina. Cuando termines de usarla, no te olvides de quitarla del enchufe. De esa manera, si hay un apagón, o una subida de luz, evitas que pueda afectarle.
Mantenimiento semanal
Una vez a la semana, y si eres de los que usa a diario la cinta de correr más a nuestro favor, necesitarás hacer una limpieza más a fondo. Una de las claves más importantes en el caso del mantenimiento de la cinta de correr es la lubricación. Esta solo necesita de un spray de silicona, sin aditivos adicionales, para que la cinta corra fácilmente. Eso sí, cuidado con la silicona en exceso, debes retirarla para evitar problemas. Después, solo debes caminar sobre la cinta unos minutos a velocidad lenta para cerciorarte de que se lubrica toda la banda.
Si tienes una cinta de andar magnética, dependiendo del uso que hagas de ella has de aplicar el spray más o menos a menudo, para ayudar a que la banda se mueva con facilidad. Y si esta es plegable, conviene que la tengas así siempre que no la uses. Además, es conveniente que uses un paño húmedo para limpiar la cinta de correr, a fin de eliminar restos de impurezas, polvo o sudor. Incluso dale en la zona de la banda de correr para que quede limpia y no haya suciedad que entre dentro del circuito de esta.
Mantenimiento mensual
Finalmente, tienes el mantenimiento mensual. Este no te va a llevar demasiado tiempo, pero sí has de hacerlo con sumo cuidado. De lo que se trata es de que, apagada la cinca (y desenchufada), tienes que quitar los tornillos para abrir la cubierta del motor. Una vez lo hagas, has de limpiar toda la suciedad que pudiera acumularse en el mismo y echar un vistazo a las piezas viendo si hay alguna demasiado desgastada.
Sobre todo, localiza la correa de transmisión, que es la que habitualmente presenta problemas. Si todo está bien, podrás cerrar la cubierta y volver a usar la máquina. En caso contrario, y dependiendo de lo que veas, podrías requerir a un especialista.
Prestar atención a las averías más comunes
Con el paso del tiempo, el uso… la cinta de andar puede sufrir averías, incluso con un buen mantenimiento. Las más frecuentes son fáciles de solucionar, y otras necesitan de un especialista para repararlas con todas las garantías. De hecho, si hablamos de averías, las más habituales son:
- Problemas con la cinta. Ocurre tanto en las cintas magnéticas como en las eléctricas, y es que puede darse el caso de que no corra, es decir, que esté fija. En el primer caso, las magnéticas, puede ser debido a que la superficie no está bien (se ha pegado la cinta, necesita aceite la rueda para moverse, etc.). En el segundo, esto puede deberse a un fallo en el motor y en la placa controladora, y con solo sustituirla puede seguir funcionando.
- Problemas en la placa. Por ejemplo, que salte el protector automático. Esto se debe sobre todo a un cortocircuito que, de no repararse, impediría el uso de la cinta.
- Problemas en la consola. Que no se encienda, que los números parezcan ininteligibles, que se enciendan luces cuando no debe… Se trataría de un fallo eléctrico en este caso y requerirías a alguien experto en el tema.
Como con cualquier máquina, la caminadora también necesita de un mantenimiento para poder rendir al máximo. Además, esto evitará que se deteriore antes y podrás usarla durante mucho más tiempo que si no te preocuparas por ello.
Por supuesto, cuando hay alguna avería, lo más recomendable es llamar a un profesional que entienda de máquinas de ejercicios ya que es la persona que sabrá cómo arreglar, si se puede, el problema sin deteriorarla más todavía. Y es que debes cuidar tu máquina igual que cuidas tu cuerpo para que pueda funcionar correctamente y la exprimas por completo.